miércoles, 2 de marzo de 2016

Lucho Cueto: “Julio Barreto fue el último gran cantante de salsa que tuvo el Perú”



Por: Martín Gómez

Lucho Cueto recuerda a Julio Barreto con el bolero “Tus Ojos”. Nos cuenta que le fascinaba ese tema. Y no ocultaba su admiración por Héctor Lavoe. “Julio fue el último gran cantante que tuvo la salsa en Perú”, nos dice. Y, por unos segundos, su tristeza es evidente. Luego le vienen a la memoria imágenes de cómo el artista fue haciéndose de un nombre en Nueva York. Y aquello, al menos, asoma como consuelo.

En opinión de Cueto, Barreto perteneció a ese selecto círculo de grandes cantantes salseros nacidos en nuestro país. Y se refiere en estricto a Raúl ‘Popeye’ Villarán, Alfredo Lazo, Betto Alisson y Armando Rodríguez ‘Barrunto’. Era inicios de los años 80 y Lima asistía al boom de los salsódromos. Había mucho trabajo para las orquestas nacionales. Barreto era protagonista.

Por eso, no le sorprendió cuando estando en Nueva York alguien le dijo que un peruano estaba alborotando el ambiente en Nueva Jersey. “Lo fui a ver y era Julio. Después grabó para el Conjunto Clásico. Llegó a cantar en vivo para Eddie Palmieri y Ray Barretto. Era un bravo, era un cantante de ataque”.

¿Quién puede seguirle los pasos?, le preguntamos. Lo piensa y concluye: “Vega, César Vega. Ese muchacho me hace recordar a Julio. Bien encaminado puede ser el siguiente sonero. Tiene improvisación, rima y guapea”.

Es que los peruanos, apunta, tenemos mucho talento. “Lo único que hace falta es trabajarlo. La mayoría de nosotros hemos crecido escuchando esta música tropical”. Lucho mantiene vivo el recuerdo de su niñez pelotera en el picante barrio Diana, del Rímac. “Cómo olvidar el sonido de Pedro Miguel y sus Maracaibos”. El pianista se nutrió de las vivencias de la calle y supo complementarlas con lo que aprendió en el Conservatorio. Claro, a sus magistrales clases en dicha institución, él acudía con temas como ‘Chechecolé’ y ‘Llegó la banda’ en la cabeza y siempre, ante la mirada curiosa de su profesor, terminaba descargando una rumba en el piano. Casi lo expulsan.

Esas olas siempre azotaron la vida del pianista. Por ejemplo, recuerda con cariño las veces que le tocó encargarse de la producción internacional del Festival Chim Pum Callao. Su Nueva York Salsa All Stars incluía a cantantes como Ray de la Paz y Tito Allen, y a luminarias del latin jazz y la salsa como Ray Barretto. “Fue una época bonita. Pero es lamentable que el asunto político haya podido más”.

El músico está concentrado hoy en sus propios proyectos. Tiene un sexteto con el que descarga eventualmente en la capital. También está trabajando con un grupo de jóvenes con quienes abordará temas salseros que toquen la cotidianeidad de la ciudad. “Aquí tenemos para cantarle a muchas cosas, la comida, por ejemplo. Deberíamos empezar a componer y contar lo que ocurre en Lima y en sus barrios”, afirma. En otro momento dice que a él no le gustan las orquestas que hacen covers. “Salvo que se haga un tributo. Pero incluso, en ese caso, debería hacerse un nuevo arreglo, algo distinto”.

Antes de terminar la conversación, Lucho nos recuerda que ya está casi listo su disco homenaje al gran compositor Felipe Pinglo Alva. Es un proyecto muy ambicioso donde llevaremos a la salsa y al mambo temas clásicos como “El Plebeyo”, “El Espejo de mi vida” y “Silente”. Lo notamos con el entusiasmo arriba, revisando y analizando cada detalle de edición en un moderno estudio de grabaciones en Lince.

Nos sirve un café para relajar la charla. Luego comprobamos que el hombre está lleno de anécdotas. Horas más tarde, en la barra del Cocodrilo Verde, nos dará detalles de su gran amistad con su compadre José Mangual Jr., pero esa es una historia larga y habrá que esperar. Por ahora, nos quedamos con su sentencia inicial: “Julio Barreto fue el último gran cantante que tuvo la salsa en Perú… y nadie lo puede negar”.


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