Fuente: Primera Hora, Puerto Rico. Por: Héctor Aponte Alequín
Luisito Carrión ha estado dos veces al borde de la muerte, pero el sábado a partir de las 8:55 de la noche se vio al borde de la “¡histeria!” al ofrecer un concierto repleto de las peculiares maldades y monerías que lo distinguen.
“Yo les quiero decir algo: es mentira, es embuste. Tuve que inventarme que yo cumplía 30 años (en la música) para poderlos reunir a ustedes, porque la realidad del caso es que esta noche es de ustedes. Una histeria, dale: una, dos y tres: ¡Histeria!”, saludó el intérprete a los espectadores que llenaron en tres cuartas partes del coliseo Roberto Clemente, en Hato Rey.
Los médicos que lo operaron luego de los dos accidentes de motora que lo dejaron inmóvil en 1980 y 2007 son unos mostros, pues Luisito Carrión no paró de contonearse con una culequería que, según él, le proporcionó el hecho de poder compartir con amigos colegas que lo han apoyado en su trayectoria, aun cuando se los relaja imitándolos, como hace con Roberto Roena, Rafael Ithier y Tito Rojas.
Pero el cirujano más importante para él ha sido Dios, pues por cada chiste que lanzaba había dos “Bendito sea Jesús”, “Papá Dios nos dio vida” y alabanzas similares. Así, con más de 30 canciones, dos pantallas gigantes, una potente orquesta dirigida por Carlos Garcia y la capacidad para reflejar su sonrisa de oreja a oreja en la mayoría de sus interlocutores, el salsero ofreció un espectáculo lleno de jocosidad, masacote y sentimiento por partes iguales.
"Papá" y "hermanitos"
La melancolía se asomó en la primera parte del concierto con la participación de Domingo Quiñones. “Aquí no hay cantante que le llegue a los tobillos a ese caballero. La humildad se le sale por los poros”, dijo de su “hermanito” tras cantar “Como lo que hago yo” y “No voy a dejarte ir”. El solista recibió a cambio un abrazo apretado y un beso en la mejilla, similar a los que sintió Julio “Gunda” Merced.
En este grupo también estuvo su “ex jefe” Don Perignon, quien le sometió a los timbales en “La fuga”, pero evitó el beso y el abrazo de oso, dándole en cambio un golpe en la espalda en señal de camaradería macharrana. Roberto Roena, asimismo, demostró por qué Luisito lo quiere “como un papá”, pues con una mirada llena de ternura lo guiaba en el escenario al tocar el bongó y el cencerro durante el tema “El señor bongó”.
Otros efluvios paternales se vivieron cuando la hija menor del salsero, Zuleyka Carrión, de 19 años de edad, se le unió en un popurrí de boleros cerca de la mitad del “show”; cuando Voltio sacó su lado cocolo con “Gigolo”; y cuando el cantante Justiniano Betancourt, sobreviviente de cáncer, soneó con Luisito, ambos momentos cerca del final.
Panas de ayer y hoy
Luego de recordar a su padre, Ángel Luis Carrión Román, acompañando al trío Los Andinos, Luisito recibió en la tarima a Andy Montañez. El anfitrión pagó las mofas que suele hacer a sus compañeros con las acusaciones –en broma – del “Niño de Trastalleres”. “Tú grabas por cantos porque no puedes respirar”, le dijo a Luisito el intérprete, quien se despidió con “Cena inconclusa”.
Una dinámica similar se suscitó con Ray de la Paz luego de dar paso a clásicos de Luisito en solos como el de “Yaré”, coreado casi en su totalidad, y antes de otros como “Demuéstrame que sabes”, con el que llegaría al final el espectáculo después de las 12:45 de la madrugada.
Aparece “la Salserita”
La gran sorpresa de la noche fue la aparición de Deddie Romero como “la Salserita” que fue en los años 80 al entonar con Luisito “El señor de la señora”. “¡Pero no vine sola: mi señora madre, que no va a ningún lado, me la traje para acá!”, anunció la animadora antes de conducir a su progenitora, Sonia López, al área de las congas, donde interpretó un solo que motivó otra “¡Histeria!” colectiva.
La nueva cosecha
La apertura del “show” fue la tarea de los nenes de la salsa. Villariny Salsa Project comenzó la música en vivo a las 8:20 de la noche con “Amigo es un peso en el bolsillo”, letra con un mensaje opuesto al que dio pie forzado al evento. Le siguieron Siglo XXI y NG2, quienes calentaron los motores para el movimiento constante que vendría luego. Los tres grupos se unieron en un popurrí de clásicos que evidenció su conocimiento de la vieja escuela.
En el show tampoco faltaron los cuerpos de baile, dos pantallas gigantes y espacio en arena para que la gente la usara como pista. En síntesis, el espectáculo se fue “¡por encima de los gandules, de las lentejas... Y hasta los pitipuás se fueron también!”, en palabras de Luisito Carrión.
Repertorio
Cógela, muévela y agárrala
Por alguien que se fue
Renta de amor
Amantes a la antigua
Beso a beso
Como lo que hago yo
No voy a dejarte ir
La fuga
El señor Bongó
Hoy quiero confesar
Baile
Si yo pudiera
Ya es oficial
Cena inconclusa
Para ser real
Ramo de flores
El señor de la señora
Mi cosita
Loco
Dicen de mí
El agua
Toque toque
Gigolo
De la calle
Yaré
Ámame
Yo soy aquel
Seré
Demuéstrame tú que sabes